RSS

Hallazgo crucial para nuestra causa

24 febrero 2008

¡Cómo pasan las semanas!, volando, al menos eso es lo que yo percibo cuando llega de nuevo del domingo, día que como sabéis utilizo para escribir algo en este blog, que fundamentalmente nos sirve de encuentro semanal, a un grupo de amigos y amigas. Si queréis seguir mis evoluciones blogueras sabéis que disponéis de los enlaces a mis blogs personales o colectivos donde cuento más cosas, especialmente ahora que estamos en plena campaña electoral, donde siempre hay muchas cosas de las que hablar.

Buena semana, clave diría yo para los intereses de quien pretende lograr un sueño o alcanzar un objetivo personal, ya compartido por muchos viejos compañeras y compañeros que se han sumado a la causa. Esta semana gracias al concurso del buen amigo Miguel Ángel Caldevilla, Secretario de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad Laboral, he logrado hacerme del catálogo de alumnos del curso 86-87, es decir el último de los que compartimos la promoción que iniciamos nuestro particular bagaje por las aulas de la UNI en octubre del año 1983. Realmente se trata de una información valiosísima, no exenta de curro que diría ahora Rajoy, muy sensibilizado con los currantes. Se trata de los listados por orden alfabético de todos los cursos, desde los 1B, 2B, 3B, 1F... hasta los C, que significan COU, que es cuya identificación me está permitiendo conocer a todos los alumnos y alumnas que acabaron en esos años, tanto internos como externos, eso sí con mucha tarea por delante, donde en poco tiempo os pediré colaboración, pidiendo voluntarios para organizar la búsqueda, sin complejo de Paco Lobatón, pero con cierta perseverancia, pues se trata de localizar al mayor número posible de personas en el menor tiempo, y para eso nos pueden ayudar mucho las digitalizadas páginas blancas, guía QDQ, etcétera.

En otro orden de cosas, poco a poco me voy animando más pues aunque al principio cuesta enganchar a la gente veo que todos y todas coincidimos en la noble causa que nos ocupa y en el deseo que todos tenemos de rememorar aquellos años, supongo que más o menos buenos para todos, pues en aquella época de adolescencia todo era mucho más fácil o al menos no percibíamos otros problemas mayores que no fuesen los relacionados con nuestros estudios o algún que otro amor o desamor.

Hoy la anécdota va a hablar de algunas historietas de profesores, circunstancias o recuerdos cariñosos de ellos. Si tuviese que quedarme con alguno de los profesores me quedaría con el padre José Bárcena, profesor de Religión, singular y revolucionario, atrevido e incluso en alguna ocasión excesivamente impulsivo, cuando le decía a la cara a algunos alumnos su condición de señoritos o burgueses. También recordaré siempre a Juanín, que me dio Geografía y Latín en 2º de BUP, uno de cuyos trabajos de geografía fue el de diseñar la ciudad del futuro. Sus exámenes de Latín eran siempre con el libro para consultar cuanto quisiéramos, la verdad es que sabía muy bien como llegar al alumnado y cómo implicarnos más. Por lo demás, también están en mi memoria un profesor al que todos llamaban, o mejor dicho, llamábamos "Pelucas" -que me disculpe si se ofende al leer este espacio- cuya especialidad era la Lengua. Aunque no fue un profesor muy cercano, siempre recordaré como un gran profesor a Guillermo, muy mayor ya en 3º de BUP, cuando me daba Física y Química. Me decía Guillermo con mucho cariño y respeto cuando dudaba algo "Señor Sánchez, eso no viene en los libros, ja,ja,ja...".Tenía unos zapatos que sonaban muchísimo, los cuales cambiaba para los exámenes para que no delatasen su presencia ¡Qué gran hombre!, al menos para mi. Otros y otras, no tan emblemáticos o cercanos fueron el maestro Bullón, ya fallecido, Nacho Castelao (Matemáticas), Mari Luz Castro (Física y Química), Conchita (Matemáticas), Cortés (Lengua), Ramos (Literatura)...

Espero y deseo poder darle un abrazo a alguno de ellos, que me consta siguen por la Laboral.

Colección de chocolatinas

17 febrero 2008

Siempre existieron personas importantes en la Laboral, que al margen de ser profesores o alumnos, tenían otras responsabilidades y tareas, sin las cuales no hubiese sido posible mantener en plena forma este magnífico conjunto de la Laboral , con todas sus dependencias, instalaciones y edificios de servicios varios. Si el otro día hablé de las carismáticas monjas, hoy le toca al turno a las cuadrillas de limpieza, esas mujeres que vestían de batas azules, y que nos mantenían las aulas, las habitaciones y todos los rincones de la Laboral en perfecto estado. Recuerdo que siempre había una persona que era la responsable de ellas, en aquella ocasión un hombre al que todos conocíamos y que no recuerdo su nombre. Algunas de estas mujeres llegaron a ser famosas por su simpatía, por su mala leche y también porque sugió alguna amistad con los alumnos, incluso en los últimos años corría el rumor que algunas de las más jovencitas vivían aventuras amorosas con algunos de los internos. Algo, esto último que jamás llegué a presenciar, pero que hubiese sido normal. Además de las mujeres de la limpieza estaba el equipo de mantenimiento en los que estaban los fontaneros, los electricistas e incluso el personal del comedor, que junto a las hermanas clarisas, también desempeñaban su importante misión, para que todos los días y de manera puntual, recibiésemos nuestra ración (mejor cuando nos tocaba ser los responsables de repartir, haciendo gala del dicho "quien reparte se lleva la mejor parte") y acudiésemos puntuales a las colas del mismo (desayuno, comida y cena). Siempre recordaremos, o al menos eso creo yo, las chocalatinas de Nestlé, envueltas en la funda roja, que nos entregaban para la merienda y que servían a los internos para conformar colecciones muy sustanciosas que realizábamos para llevar de regalo a los hermanos pequeños a casa. Existía incluso todo un mercado, tipo "trueque" que los más ambiciosos realizaban con tal de poseer el récord del mayor número posible de chocolatinas.
Todos los que pasaron por allí recordaréis esto, y supongo que tendremos ocasión de profundizar en ello, e incluso os animo a que lo hagáis en este espacio, hecho y creado para eso, para que entre todos podamos escribir nuestra historia, nuestras vivencias y nuestra vida.
Por lo demás deciros que esta semana ha sido muy movidita en cuanto a contactos y comunicación. Se ha notado el efecto de la ficha enviada y la circular informativa. Ya somos casi veinticinco personas en el grupo, estamos trabajando junto a la asociación de alumnos y su secretario Miguel Ángel en la recuperación de datos, hemos tenido cesión de uso de fotos por parte de algunos fotógrafos y hemos localizado a algunos profesores en el actual instituto de enseñanza secundaria .
A todos y todas los que leéis este espacio, feliz semana.

Invitación para bloguear

10 febrero 2008

Me encanta y además me sirve de aliento y estímulo que viejos compañeros como ha sido el caso esta semana de Francisco Rodríguez, Pacho, realicen comentarios en los post, pero más me agradaría que esto fuese un poco más dinámico en el sentido de que os animo, a todos y a todas las que leéis estos textos para el reencuentro a que también seáis parte activa de ellos, remitiéndome al correo electrónico vuestras experiencias, testimonios, etc. Prometo -porque además ese es el objeto de este espacio- no censurar ni una coma, y publicar íntegramente su contenido. Podéis hablar de aquel o aquella compañera con la que mejor os llevabais, de los profesores y profesoras, de anécdotas, de curiosidades...
Por lo demás estoy pensando ya en la organización de este posible encuentro en la ciudad de Gijón, y por ello, aunque aún somos muy pocos, podemos ir pensando en qué tipo de actividades podemos organizar, aunque parece evidente que la vuelta a nuestra querida UNI es una cita obligada. Por tanto, os animo a que vayáis lanzando vuestras ideas y me las hagáis llegar. Por otra parte, voy a comenzar a enviaros las fichas de datos para ir completando una pequeña base que podamos compartir.
Me gustaría también que entraseis más al blog y pudiéseis llenar esto de comentarios, para que vayamos conformando este espacio como algo dinámico y activo, sobre todo porque la gente de fuera, quienes al margen de nuestro objeto merodean de vez en cuando por este espacio, pueden pensar que esto está muerto, y nada más lejos de la realidad, al menos por mi parte.
Hoy me voy a detener un poco más en unos personajes singulares e imprescindibles en aquella época que nos toco vivir. En estos tiempos que corren en los que parece que la sociedad se aleja de la iglesia, de la jerarquía y de todo lo que tiene que ver con el clero, me viene a la memoria el papel de las hermanas clarisas que siempre nos tenían la comida a punto y que nos cuidaban la ropa de una manera sorprendente, además de mantener nuestros ajuares de cama en perfecto estado de conservación. Además de las clarisas, siempre teníamos a tres o cuatros hermanas, no recuerdo de que orden, que cuidaban y atendían la enfermería con cariño y mucho mimo, con mucha humanidad y mucha entrega.
De las clarisas poco podemos decir pues siempre fueron monjas de clausura y sólo teníamos contacto con ella cuando llevábamos las bandejas y carros de las comidas (a quienes eran los encargados semanales de servir y recoger) o cuando bajamos a recoger los carros de la ropa, en los que estaba inscrito nuestro número, el mío el 437, cuya identificación aún sigue en alguna de las prendas de aquella época que mi madre conserva en casa, en algún viejo armario, y sobre todo cuyas cifras se han grabado en mi memoria para siempre. Hablando de ropa, los primeros cambios de sábana, cuando se era novato, eran todo un alarde de golpetazos y de demostración de poder por parte de los que ya presumían de veteranía que aprovechaban esto para reafirmarse en su posición, y de paso mantener la tradición que desde años se venía practicando en el internado.
Alguna vez, ví a alguna de las monjas clarisas en el edificio redondo que estaba en las traseras de la laboral, justo en la zona donde llegaban las baterías de autobuses con los externos todas las mañanas, y en la zona que pegaba con un cementerio que había cercano a La Uni, en el camino de acceso a Somió, donde además siempre recordaré el centro de inseminación que había allí, donde existían unos ejemplares de vacas frisonas, asturianas, limusinas, etcétera. Este edificio redondo es hoy la sede la Radio Televisión de Asturias y un lugar emblemático de lo que hoy es Laboral, Ciudad de la Cultura, según he leído y he visto en Internet, pues desde que dejase la Laboral en el año 1987 no he vuelto por aquel lugar.
De momento, es lo que tenía que contaros, ya sabéis que espero vuestros textos, para que este espacio sea mucho más nuestro, mucho más lugar de encuentro...

Carnavales en Begoña

03 febrero 2008

Semana tranquila donde las haya, aunque ha aparecido un nuevo personaje para estas particular historia, Fernando Manso Sanz, un burgalés con el que recuerdo compartí mis primeros meses de estancia en la Laboral, como se suele decir éramos "uña y carne" y por circunstancias de la vida, por motivos que por mucho que uno indague jamás encontrará, después nos separamos bastante.

Media España, por no decir el país entero, disfruta estos días de unas fiestas originariamente cristianas, los Carnavales, nombre que según tengo entendido significa algo así como "quitar la carne", refiriéndose a la tradición cristiana de no comer carne durante el tiempo de Cuaresma, cuarenta día antes de la Semana Santa, y que comienza precisamente el miércoles de ceniza o el día del entierro de la sardina. Aquí en mi tierra, en Extremadura, existen algunos lugares de interés turístico como Badajoz o Navalmoral de la Mata, cuya fiesta carnavalera es todo un espectáculo en la calle, con desfiles y pasacalles de una gran vistosidad y colorido.
Con respecto a los carnavales gijoneses de aquellos años siempre recordaré las manifestaciones populares y gran arraigo de la fiesta, las noches de música y baile en el Paseo de Begoña y algún mal recuerdo de compañeros que fueron atracados a punta de navaja, aunque pueda parecer algo exagerado. Lo más fastidioso de todo era que cuando volvíamos de regreso, lo hacíamos a pie y eso significaba una caminata impresionante. Uno de los últimos años, recuerdo que estuve con alguna gijonesa, una tal Antonia que su padre era marinero y vivía muy cerca de la estación de tren. Así que si la conocen le pueden hablar de este nuevo espacio y de lo que aquí se cuenta.
Otro día, si les parece les hablaré de amores y de desamores, o de ese tipo de chascarrillos que siempre parecen tener más morbo, pero todo depende de que las protagonistas de las historias estén de acuerdo, no vaya a ser que en vez de encontrarnos vamos a liarla.

Buenos carnavales y feliz semana para todos y todas.